Cuba | Madres #11J
A 14 años de su partida, el legado de Laura Pollán sigue vivo en Cuba

La muerte de Laura Pollán, rodeada de interrogantes, no ha detenido la lucha del movimiento que ella ayudó a fundar, el cual continúa abogando por la libertad de los presos políticos en la isla.
Este 14 de octubre se cumplen 14 años del fallecimiento de Laura Pollán Toledo, una de las fundadoras y líder emblemática de las Damas de Blanco, quien murió en circunstancias aún poco claras en un hospital de La Habana.
Pollán era la esposa del economista Héctor Maseda Gutiérrez, uno de los 75 disidentes encarcelados durante la ola represiva de 2003 conocida como la Primavera Negra de Cuba. Junto a otras familiares de los condenados, fundó el movimiento Damas de Blanco, que se convirtió en símbolo de resistencia pacífica en la isla.
En su momento, las Damas de Blanco fueron la más importante expresión disidente en Cuba, desafiando de forma pacífica el control del régimen sobre el espacio público.
Coincidiendo con la luctuosa fecha, una de las miembros del grupo, María Cristina Labrada, trajo a colación la encomiable labor de esa cubana ejemplar, aprovechando para destacar la persistencia del movimiento en la defensa de los presos políticos.
“Doloroso para todas las integrantes de nuestro grupo, ya que un día como hoy es un aniversario más de la muerte de nuestra líder y guía Laura Inés Pollán Toledo, un día que el régimen cubano nos la arrebató porque cayó en el hospital y nunca salió”.
Las autoridades cubanas dijeron que Pollán, nacida el 13 de febrero de 1948 en el municipio granmense de Yara, murió de un paro cardíaco derivado de una enfermedad respiratoria agravada por el dengue en el hospital Calixto García de la capital cubana.
“Quisieron aprovechar la oportunidad para eliminar completamente el movimiento Damas de Blanco, pero no ha sido así. Nosotras, las Damas de Blanco, con la continuación de Berta Soler Fernández, que ha sido nuestra guía hasta hoy, seguimos luchando por la libertad de todos los presos políticos, todos esos hombres y mujeres presos injustamente en las cárceles castristas”, dijo Labrada.
Las Damas de Blanco, siempre vestidas de ese color y portando un gladiolo en su mano, lograron poderosamente, pero con mucho sacrificio, trabajar por un objetivo común, la libertad de sus familiares presos de conciencia.
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